miércoles, 24 de junio de 2009

"Terrones de Historia" Medio Pictórico



EXPERIMENTACIÓN ARTÍSTICA EN OTROS MEDIOS DE EXPRESIÓN BASADOS EL LIBRO DEL PROYECTO FIN CARRERA “TERRONES HISTORIA”.

MEDIO PICTÓRICO.
Ahora, a raíz del libro del Proyecto Fin de Carrera, es el momento de trabajar esta misma temática con otras formas de expresión artística y en esta ocasión con el medio pictórico. Cuando hablamos de pintura, lo primero que debemos de tener en cuenta es que se trata de un campo tan amplio como lo es su subjetividad. Todo depende, y más aún en el campo visual que abarca y del que se nutre, de la sociedad, la cultura, el contexto o el conocimiento del arte del conjunto y del individuo. En su interpretación influye la biblioteca de estereotipos que cada sociedad y persona maneje en su propio lenguaje visual.
El campo de la pintura y toda la retaguardia visual que interviene en ella, es de un poder comunicativo y significativo espectacular. Se trata pues, de un lenguaje universal y que todos entendemos pero que no significa, es decir, no transmite las mismas sensaciones y experiencias a todos por igual. Es aquí donde pienso que reside toda la magia, todo el poder y la fortaleza de la pintura. El significado de una imagen pictórica, su función, reside en el grado de aceptación por parte de su receptor y que a su vez es fruto del mensajeinicial que quiere trasmitir el emisor, el artista. Todo depende de esta maravillosa relación a distancia que se produce entre el emisor y el receptor por medio de la pintura, el mensaje.
Esto se refleja en el modo de interpretar la pintura a lo largo de la historia y que hoy en día se sigue haciendo de igual manera; la pintura se examina teniendo en cuenta los aspectos banales (lo que se entiende) y lo personal (lo que se trasmite). La pintura nos alude y nos transporta desde lo material al mundo de los sentidos , lo espiritual, donde podemos sentir sensaciones que no podemos alcanzar y todo ello se mezcla en cóctel con emociones y excitaciones que alcanzan el éxtasis o frenesí de nuestros sentidos.
En definitiva este campo debemos entenderlo y aceptarlo como una realidad en sí, una realidad propia (conjunto de formas, colores, líneas, espacios y sobre todo sensaciones y conceptos) y no confundirlo ni etiquetarlo como un mero modo de representación de la realidad sin más.
Es en estos sentimientos que tan potentemente es capaz de transmitir este medio de expresión artística donde reside mi objetivo comunicativo de los conceptos y realidades del mundo rural, así como de los sentimientos que se plasman en mi interior cuando formo parte de él. Sólo queda encontrar la forma, técnica y expresión que, en este medio, sea capaz de transmitir este mensaje al receptor, que sea capaz de transladarlo a este mundo rural en un viaje de los sentidos que elimine las referencias espacio-temporales del momento y lugar expositivo de la obra.





En esta primera obra se sintetiza todos los hallazgos técnicos y conceptuales encontrados en los primeros bocetos. La obra parte de una fotografía de detalle donde aparece una cerradura del portón principal del cortijo Pozo Viejo, de Villanueva de la Reina. El soporte es un bastidor de madera formado por dos cuerpos unidos a través de bisagras (en relación con la puerta) dotándolo de un tamaño final de 100x80 cm. Esta obra, por tanto, se convierte en base y ejemplo a seguir para las obras posteriores.
Estas obras posteriores, la segunda y la tercera obra, continúa la esencia de la primera pero empiezan a surgir nuevos planteamientos que buscan enriquecer aún más la parte conceptual del trabajo. Se trata de planteamientos dirigidos a las composiciones y dimensiones de las obras. En concreto, puesto que en muchos aspectos opto por continuar con el símil con la fotografía, el trabajo de campo, y las experiencias emocionales que percibo en primera persona a la hora de realizar estas fotografías, tenía la necesidad de recoger en las obras pictóricas esas sensaciones que por otra parte no tenían referencias visuales. Encontré esas sensaciones en las tonalidades sepias, en su variedad, y las texturas que identifico como esas imágenes que se plasman en nuestro recuerdo al contemplar los viejos muros de los cortijos. Decidí, pues, utilizar la textura y el tono como elementos visuales para expresar estas evocadoras emociones por sí solas. El resultado final de las siguientes obras se ve completado por dos cuerpos laterales, conformando un tríptico, que hacen referencias a la parte sentimental, además del cuerpo central que remite a los elementos de las fotografías. Este concepto de tríptico, además, ayuda a abrir el campo visual del espectador, creando una visión más envolvente y atmosférica, más adecuada a la realidad. Estas obras alcanzan una dimensión de 100x180 cm, convirtiéndose en una mirada casi panorámica.
Ya superados los aspectos formales y conceptuales, era hora de avanzar en este sendero ya bien definido. En esta cuarta obra deje a un lado las referencias fotográficas de detalle para dar paso a imágenes con una visión más amplia donde aparezcan varios elementos rompiendo ese carácter centralista de las obras anteriores. La obra está formada por dos cuerpos, esta vez no unidos, que conforman una dimensión de 120x80 cm. En esta ocasión no recurro al tríptico puesto que considero que la imagen y los elementos de la obra ya contienen una suficiente carga emocional, de evocación sentimental, como para prescindir de esos cuerpos laterales de texturas y tonos.





Para finalizar esta parte del proyecto, he querido dar un paso más adelante y adentrarme en las fotografías de Hombre y Cortijo, buscando la integración con todas las obras anteriores.
Trabajé en busca de esa integración y descubrí una manera de unificar y sintetizar dichas fotografías: la transferencia al soporte de la fotografía y la serigrafía como medio de impresión de imágenes directamente al soporte. Ambas técnicas me interesan y ambas dialogan en el conjunto de la obra, por lo que empecé a elaborar bocetos donde combinar todos estos aspectos.





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